El 2012 Fernando Demaria sufrió un accidente practicando motocross. El diagnóstico fue drástico. Nunca más podría moverse. Hoy, casi dos años después, estudia, maneja su propio auto y corre en bicicleta. Ésta es la historia de la carrera más importante de su vida y su convicción por ganarla.
“Trata de mantener la mano arriba”, fue lo primero que escuchó Fernando al despertar aún en el suelo del cerro La Virgen en Talca. Vio a su padre, amigos y algunos desconocidos alrededor suyo. Todos estaban consternados. Fernando siguió las órdenes del paramédico de la Clínica Alemana, pero su mano volvió a caer rápidamente al barro. Sabía que era algo grave.
Fernando Demaria estudia ingeniería comercial, maneja una enorme camioneta azul eléctrico y sale todos los fines de semana con sus amigos. Le gustan los motores, estar con su polola y es fanático de la serie Breaking bad. El nano, como lo conocen sus cercanos, es cómo cualquier joven de 21 años, alegre, entusiasta y soñador. Sólo hay una cosa que lo distingue: él se mueve en silla de ruedas.