
Se realiza una entrevista con el usuario donde se evalúa a través de la observación, las capacidades de alerta, atención y psicoemocionales básicas, presentes en el usuario para la conducción independiente.

Se realiza una evaluación que determina el comportamiento de los rangos articulares y la potencia o fuerza desempeñada por grupos musculares que intervienen en la realización de un movimiento determinado, necesarios para conducción.

Esta evaluación nos permite determinar procesos cognitivos como; estimación de la distancia, cálculo de profundidad y seguimiento visual, aspectos indispensables en la conducción, todo esto a través de una pauta estandarizada.

Se realiza una evaluación clínica que determina las características posturales y de estabilidad presentes en posición sedente (sentado) para de esta forma determinar los apoyos necesarios que faciliten una posición adecuada que entregue confort y seguridad al usuario.